La mononucleosis infecciosa, también conocida como enfermedad del beso o fiebre glandular, es una enfermedad viral común que se transmite a través de la saliva. Aunque la mayoría de las personas se recuperan por completo sin tratamiento, el diagnóstico temprano y preciso es importante para evitar complicaciones y garantizar una recuperación adecuada. En este artículo, discutiremos cómo las pruebas rápidas están agilizando el diagnóstico y la atención médica para la mononucleosis infecciosa.
¿Qué es la mononucleosis infecciosa?
Es una enfermedad viral causada por el virus de Epstein-Barr (VEB), que es un miembro de la familia del herpesvirus. Se transmite a través de la saliva y se conoce comúnmente como la enfermedad del beso porque a menudo se transmite a través del contacto cercano, como besarse o compartir utensilios de comida o bebida. Puede afectar a personas de todas las edades, pero es más común en adolescentes y adultos jóvenes.
Los síntomas incluyen fiebre, dolor de garganta, fatiga extrema, inflamación de los ganglios linfáticos y el hígado, y erupción cutánea. Los síntomas pueden durar varias semanas y pueden ser graves en algunos casos. Si se sospecha que una persona tiene mononucleosis infecciosa, es importante realizar pruebas de diagnóstico para confirmar el diagnóstico y descartar otras enfermedades similares.
¿Cómo se diagnostica la mononucleosis infecciosa?
El diagnóstico de la mononucleosis infecciosa a menudo se basa en los síntomas y el historial médico del paciente. El médico también puede realizar un examen físico para detectar inflamación de los ganglios linfáticos y el hígado. Sin embargo, la única manera definitiva de confirmar el diagnóstico es mediante pruebas de laboratorio.
Las pruebas de laboratorio para la mononucleosis infecciosa incluyen pruebas de anticuerpos y pruebas de antígenos. Las pruebas de anticuerpos detectan la presencia de anticuerpos en la sangre del paciente que indican una infección por VEB. Las pruebas de antígenos detectan la presencia del propio virus en la sangre del paciente.
Las pruebas de anticuerpos son la forma más común de diagnosticar la mononucleosis infecciosa. Estas pruebas pueden ser rápidas y sencillas, y se pueden realizar en la mayoría de los consultorios médicos y clínicas. Las pruebas de anticuerpos detectan la presencia de anticuerpos IgM y IgG en la sangre del paciente. Los anticuerpos IgM aparecen temprano en la infección y desaparecen después de unas pocas semanas, mientras que los anticuerpos IgG aparecen más tarde y pueden persistir durante años después de la infección.
